La magia de sentarse alrededor de una mesa para comer
¿De donde nace tal ritual?
¿Por Qué es tan importante y no debería perderse?
El origen tal cual concebimos hoy de sentarse a ingerir un alimento alrededor de una mesa es algo tan incorporado en nuestro subconsciente que rara vez nos preguntamos el por qué de tal bello menester.
En las antiguas tribus, a medida que se establecía por más tiempo en los lugares y adquiría nuevo conocimiento sobre el fuego y sus usos, el ser humano se detuvo a calentarse frente a una hoguera y cocinar sus alimentos. Formaban una rueda en torno al calor pero también cuidaban la espalda de quien tenían enfrente. Al comer estamos más vulnerables pues nuestra concentración está dirigida a la ingestión del alimento y nuestra biología decae bajando nuestros niveles de alerta ante cualquier peligro. En estas circunstancias era imprescindible tener quien cuide nuestras espaldas, teniendo enfrente a quien pudiera darnos señal de alerta.
Al seguir la historia su curso se encuentran las primeras referencias de sentarse alrededor de una mesa en la saga del Rey Arturo, donde la mesa redonda había sido un obsequio Leodegrance (padre de Ginebra). El objetivo de tal obsequio era el poder ver a todos y cada uno de los caballeros de frente, eliminando la jerarquía como tal y dejando solamente a un interlocutor que habría el debate para luego comenzar la conciliación.
El sentarse a ingerir un alimento en círculo crea un campo energético de intercambio, donde todos tienen un mismo propósito. Si a esto le agregamos un alimento confortable y una bebida refrescante este ritual resulta sumamente restaurador y sanador.
Estrecha vinculo social, familiar y afectivo. Detenernos a ver de frente a aquella persona que es nuestro espejo y nos brinda la posibilidad de descubrirnos a través del otro.
El niño aprende mucho más de esta manera ya que generalmente quien le instruya se sentará a su lado, ya no siendo su reflejo sino su igual.
Se define la solidaridad al ayudar pasando los alimentos de un lado a otro, sirviendo un vaso de bebida, estrechando la comunicación más necesaria que a veces no consiste en palabras. Los gestos y miradas siempre están presentes dándonos la posibilidad de abrir canales de entendimiento y reflexión
Levanten el circulo entre quienes sean los comensales, limpien “las arenas” (mesa), participen en poner la mesa en forma deosil. Esta es la mejor manera para ir dejando detrás angustias o disgustos creados en el día a día y ayuda a fluir una conversación.
Al terminar es muy importante que cada uno retire su plato y demás utensilios (nuestros deshechos nadie debe limpiarlos) y de ser posible la sobre mesa no solo baja las energías del círculo disolviéndolo naturalmente sino que completa nuestra comunión con lo que ingerimos y con quien lo ingerimos.
Ten presente que lo importante no es la cantidad de comensales sino la calidad y el sentarse en solitario para comer también es crear un círculo energético para nuestros propios mimos, necesidades y propósitos (tal vez sea una de las pocas oportunidades de sentarnos a charlar con nosotros)
Saludos cordiales, y buen provecho
Por que bruja/o no se hace se nace
Mercedes Pointin
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